Cerrar la brecha en la atención quirúrgica a través de la educación a distancia

Cerrar la brecha en la atención quirúrgica a través de la educación a distancia

A pesar de que se calcula que cada año se realizan en el mundo 266 millones de operacionesmás de 5.000 millones de personas no tienen acceso a la cirugía. ¿Por qué? Porque la atención quirúrgica suele considerarse demasiado compleja o demasiado cara. La educación a distancia puede implantarse en la asistencia sanitaria con las herramientas y la formación adecuadas. 

Esto no es nada nuevo. Ya en los años 80, el ex director general de la OMS El Dr. Halfdan Mahler, declaró que "la gran mayoría de la población mundial no tiene acceso alguno a la atención quirúrgica especializada".

Está claro que esto tiene que cambiar. Y dado que el COVID-19 acelera muchos de estos problemas, la respuesta es una mayor educación. Pero, ¿cómo se puede educar a los cirujanos de todo el mundo si existen duras restricciones para asistir a las cirugías?

Educación a distancia: Formación de la mano de obra mundial

Con poco más de 2 millones de cirujanos, obstetras y anestesistas en todo el mundo -y se necesitarán más en los próximos diez años para alcanzar la plantilla mínima de cirujanos-, los hospitales universitarios de todo el mundo necesitan más expertos que impartan sus conocimientos a la próxima generación.

Para que esto sea posible -para que participen los mejores profesionales, estén donde estén- se necesita una solución que facilite la cirugía a distancia: como nuestras gafas inteligentes de Asistencia Quirúrgica.

De este modo, un cirujano especializado en trasplantes de hígado con sede en un hospital podría operar a un paciente mientras lleva puestas unas gafas inteligentes, conectadas a cámaras de alto rendimiento que se pueden manejar a distancia.

Esto permitiría a los estudiantes y a otros profesionales asistentes ver de primera mano cómo se realiza la cirugía, tanto si están en la habitación de al lado como en la otra punta del mundo.

Las gafas inteligentes permiten a los estudiantes ver exactamente lo que ve el cirujano, en directo, durante todo el procedimiento. Están diseñadas para resistir el intenso y acelerado entorno del quirófano, lo que permite realizar fácilmente consultas con las manos libres, así como supervisar la cirugía.

Acceso a los cirujanos adecuados

Dada la escasez de cirujanos formados en muchos países pobres, las tareas quirúrgicas suelen ser realizadas por médicos no especializados en entornos de bajos recursos. Por ello, cada vez se apoya más la formación de "médicos de nivel medio".

Gracias a dispositivos como nuestras gafas inteligentes, los médicos poco cualificados pueden tener acceso a los mejores cirujanos y ser guiados directamente en cada proceso.

Con la educación y la formación a distancia, los médicos en formación no sólo dispondrán de un conjunto más amplio de conocimientos quirúrgicos, sino que también mejorarán al instante los resultados de los pacientes. Además, aportarán una gran experiencia y confianza a las comunidades que necesitan habilidades y conocimientos vitales, a los que no podrían acceder de otro modo.

En definitiva, en un mundo conectado, en el que la tecnología es lo suficientemente sofisticada como para que la información y la educación sean accesibles para todos, una solución sencilla puede marcar la diferencia.

La verdadera salvación en situaciones como ésta son los años de formación y experiencia que tienen los cirujanos más destacados, y que están dispuestos a impartir, para mejorar el estado de la asistencia sanitaria mundial. Y eso no tiene precio.

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